Resulta que en el reparto de las cestas de navidad, la cutre cesta de navidad de 2007 ya comentada en este blog, sobraron unas 6 ó 7 unidades.
Estas cestas han estado desde entonces en un rincón de unas de las salas de Junta de la empresa en las que entre otras cosas se dan las clases de inglés, se despide a la gente, se mete uno a hablar por teléfono con el novio,…
El aroma que despedía la sala al entrar era del todo variopinto. Algunos días olía a chorizo, otros a queso, otros a paté,…. Nunca a jamón desgraciadamente.
Pues bien, esta noche he soñado que metía en el buzón de sugerencias una notita en la que decía:
ATT: DR. RRHH
Señor Director de RRHH, ¿por qué no sortea las cestas o reparte el contenido entre los empleados ya que este año no hay subida de sueldo y la sala huele que tira patrás?
Pues para mi sorpresa, esta mañana he entrado al comedor a dejar mi triste yogur o% grasa, o% azúcar y mi taper de piña (muy diurética por cierto) y había en la mesa una gran variedad de chorizos, quesos, patés, salchichón, pastas de navidad,… tipo feria de embutido de Requena, faltaban los chatos de vino.
¿Tendré algún tipo de poder oculto que hasta ahora desconocía?
Lo más irritante es que ahora me toca comerme unas tristes verduritas asadas junto a mis compis que estarán relamiéndose con el aceitito del embutido, oooohhhhhrrrrrrr